Cuando un niño o una niña aprecian en su maestra algunas maneras de su madre, aunque la maestra haya considerado que no es para tanto, el niño entrará en berrinche, rechazo, o en una rabieta o en algo que fastidie. ¿Por qué?, porque ha vuelto a identificar aquello de su madre que a él le escuece.
La maestra, quizá inicialmente no lo sepa, pero es que cuando hablaba ponía los brazos en jarras, miraba, o decía las cosas por un momento como la madre del niño; aquello que le irrita. El niño de manera instintiva piensa "otra más", "no quiero más como mamá"... o "aquello que no le he devuelto a mi madre, te lo haré a tí, con rabia".
Por eso las maestras no entienden a veces, que haya niños con animadversión hacia ellas, o no entienden lo que sería una reacción desproporcionada.
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