En ocasiones las maestras se sorprenden de las "rabietas" de algunos niños que estallan en pataletas, cabezazos, tensión muscular, gritos...
En principio sí es un desequilibrio; lo que no sabemos es si es una patología, una enfermedad permanente en los padres o en los niños, o es algo transitorio como nos puede ocurrir a cualquiera.
Hay que tener en cuenta que los niños siempre son el exponente de los padres,
es decir que si el padre es "uno", el niño es "uno al cuadrado". Por tanto, siempre que los padres hagan o tengan un problema, el niño vendrá al cole con la misma frustración que tienen los padres teniendo en cuenta que además el niño quisiera quitarle el problema al padre y no puede, por eso el niño es un exponente mayor que el padre o que la madre.
Las maestras lo que tenemos que hacer en estos casos es mostrar serenidad, sentido común, disciplina y no darle excesiva importancia; porque siempre que relativizamos las cosas sin aspavientos, irá poco a poco calmándose. Se le debe decir que se le va a atender, pero que no puede distorsionar al grupo. Es decir, no le negamos su existencia aunque esté rabioso.
Las maestras lo que tenemos que hacer en estos casos es mostrar serenidad, sentido común, disciplina y no darle excesiva importancia; porque siempre que relativizamos las cosas sin aspavientos, irá poco a poco calmándose. Se le debe decir que se le va a atender, pero que no puede distorsionar al grupo. Es decir, no le negamos su existencia aunque esté rabioso.
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